domingo, 3 de abril de 2011

Génesis de un reventón

Lunes. Énfasis. Recuerdo a una profesora de contabilidad y a otro individuo. Ambos tenían el defecto de poner mucha pasión a todo lo que decían y, al hablar, ponían excesivo énfasis con sus correspondientes “regalitos” para el personal. En el primer caso, no era plan el ir a clase con chubasquero y paraguas para evitar los sucesivos perdigonazos con que nos obsequiaban, durante dos horas, a los que estábamos en primera fila. En el segundo, tampoco era plan el saborear la comida masticada del individuo, por mucha dorada a la espalda que tuviera en su plato. Salía uno asqueado en ambos casos.

Martes. Sobones. Los españoles, por norma, son muy tocones, excesivamente tocones, diría yo. Muchos no disciernen lo que es el umbral de la intimidad ni cuándo cruzarlo. El tener que soportar toquecitos en el hombro del primero que se presenta, aunque sea para vender unos tornillos, actitud muy juvenil e inmadura. Si es que algunos aún no se han dado cuenta de que ya no son tan jóvenes y el soportar de algún comercial, por ejemplo, el toqueteo de confianza, mirad, se lo dejo a los chimpancés.

Miércoles. Rencores. No entiendo a los rencorosos, personas que se pasan la vida tomando buena nota de los supuestos agravios sufridos, que se pasan la vida esperando el momento para hacer uso de su poder y sacar la lista de la “compra” con el detalle de esos agravios. Por mucho que digan que la venganza se sirve fría, son ganas de perder el tiempo.

Jueves. Esnobismos culinarios. El afán que tienen algunos por dar la vuelta a la tortilla y el comer en platos cuadrados y, luego, soportar la clavada por pasar hambre y asesinar el apetito es algo que tampoco entenderé. Tanto nitrógeno aplicado a las comidas, tanta tontería puesta alrededor, tanto plato para tan poca cosa, donde esté la comida tradicional que se quite lo demás.

Viernes. Pseudoempresarios. Ir a cualquier comercio de provincia puede llegar a significar a que te traten como un imbécil. Empresarios más pendientes de tratar a los clientes como borregos con el fin de facturar rápido, olvidan el trato. Personalmente, huyo de todos los comercios que me hacen esperar, comercios que no te dejan echar un vistazo para contrastar sin acercarse a dar la lata y meter su cuña publicitaria. Otros empresarios tienen más puesta la mira en el beneficio que van a conseguir con su negocio antes de saber cómo gestionar un negocio, la cuenta de la lechera.

Sábado. Colas. Me revienta aguantar colas y evito, en la medida de lo posible, todas las aglomeraciones humanas habidas y por haber, lo que no quiere decir que se meta uno en un monasterio, simplemente ignoro la mentalidad de las grandes masas y su tendencia a meterse a la vez en los mismos sitios. ¿Nadie ha pensado que Carrefour abre de diez a diez y que a las tres hay menos gente? ¿Nadie sabe lo que es la salida escalonada en la Operación Salida?.

Domingo. Y al séptimo día... reventón.

3 comentarios:

  1. vamos, que te revienta el ser humano como a mí no?? ;)

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  2. que te iba a decir... lo de los atascos no es en domingo?

    no será que has reventado antes de tiempo?

    pd. odio cuando al llegar la publicidad mientras ves una película, el volumen de la tele sube un 30%

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  3. definitivamente le daré los 5 puntos

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