domingo, 4 de abril de 2010

"Importantismos"

Como decía Robespierre “hay algunos hombres útiles, pero ninguno es imprescindible. Sólo el pueblo es inmortal”, aparte del sentido social de la cita, del pueblo y sus libertades, voy a hacer hincapié en algo que todo el mundo sabe, pero creo que, muy en el fondo, pocos nos aplicamos el cuento: que nadie es imprescindible, tanto a nivel laboral como social.

Hay una tendencia a ser “impogtante” (sí, con ge gutural), a remarcar la “impogtancia” que tiene cada uno en el trabajo. Y no creo que me equivoque al decir que esta generalización se da en todos los niveles de la empresa, desde el operario con experiencia hasta el gerente, aquí tor mundo tiene que defender su “cuota” de importancia, pues todos pretenden sobresalir en algo que los demás no puedan o sepan hacer. Siendo cierto que todos los factores son fundamentales para el buen funcionamiento, incluido el humano, el error es pretender confundir el peso de cada uno como algo vital para el mantenimiento o supervivencia de una empresa. En resumen, el sentirse importante o imprescindible en el trabajo son, repite conmigo: ¡Tonterías!.

Luego están, los que siendo “algo”, en lo que se entiende como un trabajo decente o alto dentro de la escala social actual, necesitan remarcar a todo hijo de vecino de su “impogtancia” en la sociedad, el acaparamiento de poder, la cantidad de “contactos” que poseen, con el único fin de querer dar a entender que son más que su interlocutor, esto, repite conmigo, son: ¡Tonterías!.

Ya, independientemente del mundo laboral, nos encontramos a innumerables elementos vivientes, cuyo mayor objetivo parece que es, no el estar a gusto consigo mismo, sino en estar pendiente más de rodearse de placeres, unos, bienes, otros, amistades “poderosas”, los de más allá, total, que parece una competición, a ver quién es el que más… Y, repite conmigo, esto son: ¡Tonterías!.

Se podría decir que existe un “peterpanismo” latente, el yo soy más que tú, un complejo de superioridad continuo con el fin de conseguir el pseudoplacer del “ser más que”, todos hemos conocido alguna vez a alguien que siempre ha estado más pendiente de la marca de su camisa y de la del que tiene enfrente que en lo que de verdad contiene esa camisa, cosa que pienso que son, repite conmigo: ¡Tonterías!.

Aún a costa de parecer un cursi redomado, cosa que no me considero, ya que el levantarse levitando y en plan místico nunca ha sido mi forma de ser, todos, creo y quiero pensarlo así, somos conscientes de que lo verdaderamente importante es el ser importante para quienes nos importan, valga la redundancia, independientemente del nivel social que alcancemos y los objetivos marcados en la vida (que se conseguirán o no). Necesitamos hacer un ejercicio de autocrítica y humildad, aceptar lo que valemos en su punto justo, saber cómo estamos haciendo las cosas, tanto en el trabajo como en la vida particular, intentemos eliminar los “importantismos” de nuestro comportamiento, y esto, aparte de no ser fácil, no, repite conmigo: ¡No son tonterías!.

9 comentarios:

  1. Sin duda un gran post, de los mejores del Reto en esta edición. Completamente de acuerdo con todo lo que dices por lo que tengo poco que añadir salvo que es dificil llevar este tema sin cursiladas y tú lo has conseguido. Enhorabuena!

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  2. Ya dije en mi post inicial que esperaba que Domingo sacase la esencia que lleva dentro.

    Cuidado que viene un Ferrari por el carril izquierdo con el intermitente pidiendo paso ;)

    Muy buen post Domingo.

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  3. Muy buen post Domingo. Pienso exactamente como tu, aunque tengo a un primo de un amigo que lo hubiera hecho mejor jajaj. Siempre he dicho que la base del exito y de la tranquilidad es la humildad y ese es un valor que hoy en día falta.

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  4. También me ha gustado mucho Domingo. La posición socioeconómica de una persona es algo muy aleatorio (por mucho librito de La Buena Suerte), y centrarse en esto a la hora de calificar la importancia de alguien es sin duda muy miope. A veces sin embargo no resulta facil salirse de lo social, y convertirse en un outsider.

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  5. gran entrada

    no puedo estar más de acuerdo contigo y efectivamente no hay cosa que me moleste más que levantar la cabeza y ver a mi alrededor tantos impogtantes como para llenar una sala de consejeros delegados

    salu2

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  6. Muy bueno Domingo, además me ha venido como anillo al dedo cuando he visto como de un día para otro han destituido al Secretario General de mi delegación, después de más de 10 años en el puesto y más de 20 en medio ambiente.

    Todos debemos reflexionar a menudo sobre este tema. Lo dicho enhorabuena por este reflexivo post, digno de que Wilson lo guarde en ese macroarchivo que tiene por ahí

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  7. Tod muy cierto. Afortunadamente creo que la mayoría de la gente no somos así y esos petardos llevan como un cartel de neón encima anunciando lo plastas que son.

    Pondría algo más, pero me he quedado pillado intentando entender el comentario del morito...

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  8. Si señor, muy buena reflexión Domingo.. siempre es bueno y necesario salirse del camino por una vez e intentar ver las cosas con perspectiva aunque me temo que no siempre tenemos tiempo ni ganas para eso...

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